Ella conocía esta ciudad prácticamente desde cuando era un pequeño pueblo de casas separadas y vecinos con vidas rutinarias; luego de pronto todo cambió, a partir de aquel día que llegó aquel lugar un tenaz emprendedor qué cambió todo, pronto nacieron proyectos, ideas nuevas, se construyeron fábricas, parques, plazas y luego llegaron las obras públicas,fundaron escuelas, hospital qué terminaron de hacer de aquel lugar un espacio en pleno desarrollo.
Abigail sin embargo siguió su vida rutinaria sembrando la huerta de su quinta de una hectarea, ordeñando su vaca y criando los pollos de corral.
Ella era feliz a su manera sin que el progreso la inmutara demasiado.
Pero fue hoy, cuando su vida por primera vez en su fuero íntimo sintió que podría transformarse para siempre; la ciudad necesitaba tierra para crear nuevos barrios, y vinieron los gobernantes a comprarle su quinta, primero de buenas maneras, luego a presionarla para que la vendiera porque estaba obstaculizando el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios; eso decían para convencerla pero ella intuía, por los valores humanos que le habían transmitido sus padres que lo único que estaba ocasionando el hecho de no vender era, qué los negociados que ellos pretendían realizar no se estaban concretando y eso algunos hombres grises del poder lo suelen poner nerviosos.
Autor Omar Salgado
(foto escritora)
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